01.11 .07 Para coadyuvar a la preservación de las tradiciones mexicanas, el Museo y Archivo Histórico del Poder Judicial de Michoacán, como lo acostumbra desde hace varios años durante la celebración a los muertos, montó la exposición La Muerte en la Cocina Tradicional Michoacana, en el patio principal del Antiguo Palacio de Justicia del Estado, misma que permanecerá abierta al publico hasta el próximo domingo 4 de noviembre, con entrada gratuita de 10:00 de la mañana a 8:00 de la noche, en horario corrido.
Rita María Hernández Hernández, responsable del citado Museo y Archivo Histórico, resaltó la importancia de participar de diferentes maneras en la conservación de las tradiciones michoacanas y mexicanas, y de trasmitirlas a las nuevas generaciones; en ese esfuerzo, dijo, se han sumado empleados del Supremo Tribunal de Justicia, así como los integrantes del Consejo del Poder Judicial y personal en todos sus niveles, aportando calaveras de azúcar y otros artículos necesarios para el lucimiento de la ofrenda.
Durante los siguientes días de asueto, dijo, se espera que la exposición La Muerte en la Cocina Tradicional Michoacana sea ampliamente visitada, por ser fechas en que Morelia recibe una cantidad importante de turistas nacionales y extranjeros, que sin lugar a dudas, en su recorrido por el centro histórico de la ciudad, incluirán al bello edificio del Antiguo Palacio de Justicia. Asimismo, invitó a los propios trabajadores del Poder Judicial de Michoacán para que no dejen de verla.
En el aspecto histórico, Hernández Hernández recordó que para el festejo de las ánimas, en el México prehispánico, la comida y las bebidas eran fundamentales en las ofrendas durante las fiestas de difuntos. La gama de platillos y bebidas fue amplia y variable, tal como en la actualidad, debido a que cada región ofrece los guisos típicos del lugar.
A continuación se describen los elementos que forman la exposición del Día de Muertos en el patio principal del Palacio de Justicia, ubicado en Portal Allende 267 en el Centro Histórico de esta ciudad:
En esos tiempos era común encontrar en las ofrendas la tortilla de maíz, que sigue siendo el alimento más importante del pueblo mexicano. El mole fue manjar de dioses y emperadores. Es tradicional que las ofrendas se acompañen con arroz. La bebida milenaria hecha a base de cacao y que era moneda maya: el chocolate en agua. La tradición antigua señala que los invitados tomaban chocolate preparado con el agua que usaba el difunto para bañarse, de manera que los visitantes se impregnaban de su esencia…
DE MICHOACAN PARA LOS MUERTITOS...
En este tenor, la aportación culinaria de Michoacán ha sido con platillos típicos como las corundas, hechas a base de masa de maíz con diferentes rellenos y envueltas en hoja de carrizo. El pozole de maíz o de trigo, con carne de cerdo y pollo, puede ser rojo, verde o batido. Las enchiladas, típicas de Pátzcuaro y Morelia, son de chile rojo, acompañadas de lechuga fresca, zanahoria, papas, y cebolla, se sirven con una pieza de pollo, adornadas con queso rallado, cebolla y crema; la charanda es aguardiente de caña. Bebida que a cualquier muertito le quitaría el frío.
LAS PENAS CON PAN SON BUENAS…
Ya en la época prehispánica el pan era un elemento importante en las ofrendas a los muertos, tanto que hoy existen cerca de 800 variedades en todo el país. En esta temporada, de norte a sur, encontrará panes antropomorfos (de figuras humanas), zoomorfos (animales), fitomorfos (plantas y vegetales) y mitomorfos, los que representan seres fantásticos concebidos en la imaginación del panadero.
En Michoacán se elaboran con harina de trigo, levadura de soya, azúcar y sal, y tienen un toque creativo, pues a la masa se le dan diferentes formas: desde burritos hasta calaveras.
FLORES PARA LA ETERNIDAD…
Sólo en esta época podemos apreciarlas. Son símbolo de la festividad por sus colores y particulares aromas. Los altares se tiñen de naranja, morado y blanco para adornar la ofrenda y hacer la efímera estancia del ánima más feliz.
La flor de nube está para acompañar a los pequeños difuntos, porque su color significa pureza y ternura. También las patas de león aterciopeladas sólo son cultivadas para esa ocasión tan especial. Quizá la flor mas representativa es la de cempasúchil (zempoalxóchitl), significa en náhuatl “veinte flor”, efeméride de la muerte.
En muchos lugares del país se acostumbra poner caminos de pétalos de esas flores que sirven de guías al difunto del camposanto a la ofrenda y viceversa; además de convertirse en el color y olor que trazan las rutas a las ánimas.
PARA ENDULZAR LA VIDA
Los dulces típicos no faltan en un altar, principalmente en los dedicados a los pequeños difuntos. Pero ya sea como rito, juguete, ceremonia, ornato o bien para deleitar el paladar cada región ofrece sus dulces más sabrosos. Desde las conocidas calaveras de dulce que, pueden ser de varios ingredientes: azúcar, chocolate o amaranto.
La calabaza ocupa un lugar especial. Es un alimento del que se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas. En el altar de muertos, aparece a manera de dulce y en otras formas: cocinada con piloncillo, canela, guayabas y tejocotes. La lista de dulces para la ofrenda sería interminable.
|