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Comenta Fernando Arreola Vega, la obra “La división de poderes y de funciones en el derecho mexicano contemporáneo” del Lic. César Nava

 


20.09.08
El M. en D. Fernando Arreola Vega, Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia y del Consejo del Poder Judicial, fungió como comentarista de la obra titulada “La división de poderes y de funciones en el derecho mexicano contemporáneo”, escrita por el Lic. César Nava Vázquez, Secretario Particular de Presidente de la República, Lic. Felipe Calderón Hinojosa. Felicitó al autor por exponer con valor una tesis novedosa y que no está acabada, debido a las implicaciones de proponer la coexistencia de órganos constitucionales autónomos a la par de los tradicionales Poderes del Estado en México.

Respecto de la obra publicada por Editorial Porrúa, también invitó a la concurrencia reunida en la Biblioteca Luis González del Palacio de Justicia Federal de Morelia --como lo hizo el autor con los lectores--, a reflexionar sobre la propuesta de alejar concepciones míticas sobre la División de Poderes, las cuales son ajenas a la realidad y carentes de flexibilidad y cooperación que debe haber entre ellos; a abordar el tema con una mirada fresca, sin atavismos y con nuevas perspectivas de cara al futuro y a cuestionar qué tanto es factible y funcional la existencia de órganos constitucionales autónomos.



Desglosó la obra de alrededor de 120 páginas, en las cuales el Lic. César Nava Vázquez cuestiona el dogma de la división de poderes que plasma la Carta Magna, en cuyo artículo 49 indica que el Supremo Poder de la Federación se divide, para su ejercicio, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.  El Magistrado Presidente no dudó en prever polémicas, ya que es discutible  sostener la afirmación de que las distintas funciones de los órganos constitucionales autónomos están a la par de los otros tres poderes.

Valoró la iniciativa del autor de citar interpretaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para poder hacer esta afirmación y proceder a describir las características necesarias para la existencia de un órgano constitucional autónomo, “porque para poder afirmar que existe ese órgano necesitamos saber los requisitos que debe colmar, sobre todo por la trascendencia que le asigna a estos otros, es decir, el de colocarlos a un lado o con atribuciones similares, análogos o equivalentes a los otros poderes en su respectivo rango”.

Como segundo elemento, dijo en su descripción de la obra, sería mantener con los otros órganos tradicionales del Estado relaciones de coordinación, no de subordinación, ni de supra a subordinación, sino como entes situados en un mismo nivel de jerarquía. Como tercer elemento importante descrito por el autor, el M. en D. Fernando Arreola Vega marcó la autonomía funcional y financiera y, en cuarto término, el hecho de que el órgano constitucional autónomo atienda funciones primarias u originarias del Estado, que requieran ser eficazmente resueltas en beneficio de la sociedad, lo cual ocurre de manera eventual con el tema electoral, con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el INEGI y el Banco de México.

“Relata el autor que en la Ley Suprema, la Constitución, y cito sus palabras, ha permeado y se ha consolidado la evolución de los órganos autónomos dotados de potencia constitucional sufriente para ser considerados como órganos análogos a los poderes tradicionales”, y esto es, en otras palabras, que tienen o tendrían una jerarquía similar.

Los tres objetivos del Lic. César Nava Vázquez en su obra, señaló el Magistrado Presidente, son: 1)  Alejarnos de la concepción del mito de los tres poderes de la Unión, como únicos depositarios del Estado Mexicano y como entes ajenos y carentes de cooperación entre sí con los órganos autónomos. 2) Acercarnos al tema con una mirada fresca y abierta, que nos ayude a aproximar a una realidad constitucional sin atavismos hacia el futuro “que nos permita entender que ese principio probablemente ha evolucionado y va a seguirlo haciendo”.  3) Imaginarnos una realidad constitucional futura en la que, además de los tres poderes y los otros cuatro órganos autónomos, pudieran llegar a coexistir con otros más.  

El M. en D. Fernando Arreola reflexionó con la audiencia respecto a todas estas consideraciones que calificó como interesantes, toda vez que el planteamiento es novedoso; además planteó que de existir los órganos constitucionales autónomos ¿podríamos considerarlos como a la par o como análogos de los poderes constituidos de la manera que se establece en el trabajo?

A primera vista, meditó igualmente sobre tres grandes tópicos:

¿Todos los órganos constitucionalmente autónomos serán implícitamente poderes?; de ser así, o sea que todos los órganos constitucionales autónomos, por ser órganos a la par o análogos a los poderes constitucionales sean también poderes, ¿Cuántos poderes formales podría llegar a tener el Estado Mexicano?

“¿Lo anterior ameritaría reformar el actual artículo 49 Constitucional que estatuye y cito: El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Ejecutivo, Legislativo y Judicial?”.

“Y por último, ¿o más bien tendrá que seguirse hablando de una división tripartita de poderes, aunque en una colaboración flexible de funciones con los órganos constitucionales autónomos, sin desconocer la importancia de las tareas que éstos desempeñan en la vida nacional?”.

Como se observa, indicó, el análisis puede seguir adelante. Creo que esta es una obra inacabada, que seguramente va obligar a futuro a que el licenciado Nava siga estudiando, analizando y profundizando para su complementación, “porque con presentaciones como éstas, con estudios de los interesados en el tema de su trabajo, va a tener nuevos elementos para fortalecer su tesis o darle un rumbo diferente del que ha tomado”.

De manera sincera y cordial hizo una felicitación pública al Lic. César Nava Vázquez, porque --como lo indicara el Ministro José Ramón Cossío Díaz en la presentación de la obra realizada en la capital del país--, se trata de un abogado joven, que representa una postura institucional y personal, que se atreve a publicar y a poner en el papel las ideas. Finalmente, lo alentó a seguir escribiendo en beneficio de la cultura jurídica del país.